Vivimos sin duda tiempos de gran inestabilidad, cambios, incertidumbres. Los avances tecnológicos y las realidades globales conforman una realidad que está transformando incluso nuestra manera de relacionarnos.
En este contexto, necesitamos fortalecer nuestras capacidades internas para tratar con todos los retos que se nos presentan y ofrecer respuestas constructivas y efectivas.
Es ahí donde conviene reflexionar sobre el concepto de liderazgo interior. En general, la idea de liderazgose asocia con la capacidad de la persona para motivar, inspirar y guiar a los demás hacia algún objetivo u propósito. El concepto convencional de liderazgo está conectado con el impacto y la influencia sobre los demás.
Como dijo Thomas J. Watson, presidente de IBM: “No hay nada que pruebe mejor la capacidad de dirigir que aquello que el líder hace día a día para dirigirse a sí mismo”.
Y, ¿Qué aspectos son importantes para fortalecer nuestro auto-liderazgo?
En primer lugar tenemos que descubrir con qué paradigma funcionamos en la vida. Existen, básicamente, dos paradigmas en los que nos ubicamos todos los seres humanos:
- Identificarnos con nuestro rol y nuestras circunstancias. De acuerdo a lo que sucede a nuestro alrededor, así nos sentimos y así es nuestra reacción.
- Elegir conscientemente cómo nos queremos sentir hoy. Generamos los sentimientos y estado de conciencia que necesitamos para tratar con las situaciones y a partir de ahí entramos en el juego de la vida.
- Nuestro sentido de identidad.
- Nuestro sentido de propósito.
- Nuestro sentido de dirección.
Conectar con nuestra identidad verdadera es esencial en el desarrollo del liderazgo interior.
¿Quién soy realmente?
Esta pregunta es clave para fortalecer la estabilidad y la calma.
Para muchas personas, la identidad se define a través de los diferentes roles que interpretan en su vida, en el trabajo, en la familia… Sin embargo, para comprender quién somos realmente lo que de verdad necesitamos es conectar con el ser que está detrás de todos eses roles, el verdadero ser espiritual.
Éste es un cambio fundamental de perspectiva, no soy la persona física que interpreta diferentes roles sino la consciencia, el ser espiritual o el alma que maneja y opera a través de este cuerpo físico.
Saber quién soy, conocer mis cualidades, recursos y fortalezas es un paso importante, pero no el único.
Necesito saber también qué es lo que me mueve y me inspira a avanzar. Qué es lo que le da fuerza a lo que hago. Necesito un sentido de propósito. Por ejemplo, una farola ha sido diseñada con un propósito muy claro, iluminar el camino por la noche. Toda su estructura se ha pensado para satisfacer su propósito.
Cuando reducimos la velocidad y empezamos a escuchar nuestra voz interior, nos alineamos con nuestro propósito y nos volvemos activos a fin de satisfacerlo y cumplirlo. Añadimos poder y motivación a todo lo que hacemos. Descubrimos qué es lo que da sentido a lo que hacemos. Y también nos damos cuenta de que si lo que hacemos está en contradicción con nuestro propósito, es hora de dejar de hacerlo y cambiar.
Una vez estas tres áreas están claras y definidas para nosotros (identidad, propósito y dirección), podemos afirmar sin duda que somos personas que están recorriendo su camino único y singular, líderes de su propia vida. El liderazgo interior nos otorga profunda satisfacción y sentimiento de autoestima en nuestras vidas y también es una fuente de inspiración para los demás.
Guillermo Simó
Formador en habilidades directivas y coach ejecutivo
Coordinador de Brahma Kumaris en Las Palmas
www.brahmakumaris.org
Formador en habilidades directivas y coach ejecutivo
Coordinador de Brahma Kumaris en Las Palmas
www.brahmakumaris.org