Por ejemplo, si detrás de las palabras está la energía de la ira y la frustración, no importa cuánto trate de elegir palabras moderadas o suaves, que camuflen la emoción y la energía, la vibración detrás de las palabras revelará lo que estoy sintiendo.
Así que las palabras son un instrumento maravilloso para comunicar y expresar, sin embargo, tengo que cuidar la energía y sentimientos desde los que surgen esas palabras.
El método es crear un estado de consciencia en el que se manifieste la paz, la armonía, la serenidad. Las palabras servirán a los demás cuando sean palabras que inspiran, que motivan, que alientan, que animan, que valoran y aprecian. Tales palabras serán siempre un bálsamo para los demás, nutrirán y fortalecerán las relaciones, llenándolas de confianza y cercanía.
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